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sábado, 25 de agosto de 2007

Mi cine de barrio



En realidad habían dos cines en el barrio, pero al que yo me refiero es al Gran Cinema, un cine donde había sesión doble y estaba en la esquina de 10 de Octubre y O'Farrill. el otro cine: Alameda,en la Avda. Sta. Catalina era de los mismos dueños , quienes vivían frente a mi casa. Pero centrándome en el primero, ese era el típico cine popular de esos que cuando la película se cortaba por cualquier motivo, la gente empezaba a silbar y a gritar: "Cojo, suelta la botella", o que si te sentabas justo por debajo del anfiteatro sabías que te exponías a que te tiraran cualquier "regalo", ahí vi por primera vez Tiempos Modernos, La Quimera del Oro, Los Vikingos, y otras muchas incluyendo una serie interminable de películas de samurais que vinieron a sustituir a las del oeste.


Este cine, por el cual ,en diferentes épocas, pasamos los cuatro hermanos que somos, me trae muy buenos recuerdos, en la época en que estaba en el Instituto, muchas veces mi amiga Ileana y yo nos escapábamos de clase y terminábamos viendo alguna película en el "chinchero" que era como se le conocía popularmente a este local, aunque la verdad es que nunca me encontré con ningún ejemplar de "cimex lectularius" por suerte, aunque posteriormente si me topé con bastantes en mi única e inolvidable experiencia de "Escuela al Campo" aunque eso ya es otra historia.


Uno de mis hermanos, que me lleva 6 años, en su época de adolescencia iba casi todas las tardes a ese cine, en una ocasión sentimos una explosión, debo aclarar para que esto se entienda que mi casa quedaba en la misma manzana, mi madre salió a preguntar a una de las vecinas que le dijo que al parecer habían puesto una bomba en el cine, mi padre al oir esto salió enseguida a buscar a mi hermano, al que se encontró camino de casa, al ver a mi padre le comentó lo que había pasado: alguien había puesto una bombita, que por lo visto no pasaba de ser un petardo un poco grande, que ocasionó mucho humo y la consiguiente confusión entre la gente que estaba en el cine, afortunadamente no pasó ninguna desgracia entre otras cosas porque era sesión de tarde y apenas habían espectadores, por otro lado la potencia de la bomba no era demasiado. Pero eso fue suficiente para que mi padre le prohibiera ir al cine durante un buen tiempo, aunque sospecho que mi hermano no fue demasiado obediente en ese tema.


En otra ocasión ponían la película Gigi, y un vecino mío más o menos de mi edad, me invitó a verla junto a mi cuñada y mis dos sobrinas, el pobre chico nos pagó la entrada a todas, el caso es que cuando comenzó la película que empieza con Maurice Chevalier cantando "Thanks Heaven for little girls", mi sobrina más pequeña, muy crítica ella, comenzó a gritar: mamá, mamá dile al viejo que no cante, aquello fue suficiente para que la gente empezara el alboroto, total que mi cuñada tuvo que salir con la chiquilla mientras mi vecino, mi sobrina mayor y yo nos quedamos. La verdad es que cuando pienso en este cine, me trae muy buenos recuerdos porque al fin y al cabo son recuerdos de mi infancia y adolescencia, esa época que cuando estamos inmersos en ella deseamos que termine de pasar y luego cuando los años pasan normalmente la añoramos porque es época de sueños y deseos que desgraciadamente no siempre terminamos de ver realizados.


Me han comentado que ese cine ya no existe como tal, ahora es una Escuela de Circo, bueno, al menos sigue el espectáculo.


Esta es la canción a la que mi sobrina con dos años, dio su crítica. No pude conseguir escenas de la película, pero es Maurice Chevalier quien canta.



5 comentarios:

  1. Toda la razón..."al menos sigue el espectáculo".

    ¡Saludos cordiales!

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  2. Querida Lola q anecdotas de vida más divertidas!! jajajaja en mi pais sucedía lo mismo con los cines, el silvido y gritos eran innumerables cada vez q la pantalla se volvia negra o si te sentabas abajo de platea era para q te escupieran de arriba jajajajaja q asco!!!
    un beso amiga! estos recuerdos hacen q la vida sea linda! y nos saque una sonrisa cuando vuelve a nuestras memorias.

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  3. lola deberiamos tirarle una foto, deja si lo consigo...
    saludos, tony.

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  4. que bella historia, te cuento que en argentina los cines de barrio se han convertido en estacionamientos o templos de cultos religiosos, para ir al cine vamos a los grandes complejos, aunque todavia queda alguno! muchos besos!

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  5. St. Jose, creo que es importante que no sólo el espectáculo sino que la vida también tiene que seguir.
    Leslie, es cierto que los buenos recuerdos siempre nos traen una sonrisa, lo que es una cosa muy sana.
    Tony, sería estupendo que lo consiguieras.
    Chichina, desgraciadamente eso ha sucedido en todas partes, ya los cines de barrio así como las pequeñas tiendas han ido desapareciendo para dar paso a esos inmensos centros comerciales, para mi es una pena pero son cosas del progreso.
    Un saludo afectuoso a todos

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